Tremenda remesón me ha sacudido
tiembla mi voz...
¡¿En qué paraíso estremecido
estás hoy, Oscarcito de mi amor?!
Te evoco sonriente, responsable
hijo amante, hombre trabajador.
El mundo era tuyo
y tu velero
apenas ha zarpado
y ya encalló.
Tus sueños: pétalos azules
quedaron suspendidos
con tu adiós
y tu madre ¡pobre madre!
que tan sola se ha quedado otra vez
¡Cuánto dolor!...
Te peleaba, ¿recuerdas?
cuando niño...
Y después te respeté
por tus capacidades
por tu valentía... y hoy
que supe de tu partida
queriéndote como te amé
se desgarró el alma mía
y las lágrimas
son gotas contenidas
por no haber podido estar
en el postrer adiós.
Marta Fajardo
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Espectacular poesía. Increíble expresión de una fulana cualquiera llamada Marta Fajardo, provincia de La Rioja...
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